domingo, 9 de julio de 2017




"Creo que el gobierno, la autoridad organizada o el Estado, sólo son necesarios para mantener o proteger la propiedad y los monopolios. Está suficientemente demostrada esta única función. Por no potenciar la libertad individual, el bienestar humano y la armonía social, lo que debería constituir el ver­dadero orden, los gobiernos han sido condenados por todos los grandes pensadores del mundo.

Por lo tanto, creo, con mis compañeros anarquistas, que las regulaciones estatutarias, las promulgaciones legales, las dis­posiciones constitucionales, son invasoras. Nunca han indu­cido a un ser humano a hacer algo que él no quisiera hacer por la capacidad de su intelecto o temperamento, ni evitó nada que el ser humano no haya sido capaz de hacer por las mismas causas.  La descripción pictórica de Millet,The man with the hoe (El hombre con el azadón), la obra maestra sobre la minería de Meunier que ha ayudado a valorizar este trabajo frente a su anterior degradante conside­ración; las descripciones de Gorki del submundo, los análisis psicológicos de Ibsen de la vida humana, nunca podrían haber sido inducidas por el gobierno como no potencia el espíritu que impele al ser humano a salvar a un niño que se ahoga o a una persona herida de un edificio en llamas, las regulaciones legales o las porras de los policías. Creo, de hecho, que todo lo bueno y bello de la acción y expresión del ser humano tiene lugar a pesar del gobierno y no a causa de él"

 - Emma Goldman, En Qué Creo, 1908. Publicado en el diario New York World, 19 de julio de 1908

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